Imagina que tu cerebro es una máquina increíblemente compleja, llena de interruptores de energía que controlan cada función, cada pensamiento y cada movimiento que haces. Uno de los interruptores más importantes es el que controla tu nivel de energía a lo largo del día. Este interruptor se va bajando lentamente a medida que pasa el tiempo, indicándole a la máquina que es hora de reducir la velocidad,ya que el combustible se está agotando y que pronto necesitará un descanso. Este interruptor es la adenosina, una sustancia química que tu cuerpo produce de forma natural, a medida que va usando energía, va tirando adenosina. Esta va acumulandose durante todo el día, haciendo que te sientas cada vez más cansado.
Pero justo cuando el interruptor está a punto de apagarse completamente, entra en juego un agente externo: la cafeína.Esta actúa como un técnico travieso y cabroncete que entra en la sala de control de tu cerebro y mantiene ese interruptor de energía en la posición de "encendido" a la fuerza.
Aunque la adenosina sigue acumulándose, la cafeína bloquea su efecto y engaña a tu máquina para que siga funcionando como si nada. Es como si a tu cerebro le permitieras seguir adelante a pesar de que tus niveles naturales de combustible se están agotando.
Y es que resulta que la cafeína tiene una estructura molecular muy similar a la adenosina, tanto, que el cerebro las confunde y deja ocupar su lugar.
Por lo tanto, la adenosina no puede unirse a sus receptores porque están ocupados por la cafeína, y entonces no es capaz de enviarle el mensaje de cansancio a nuestro cuerpo. Así que se podría decir la que cafeína no te despierta, sino que evita que te duermas al no dejar que la adenosina envie su mensaje...
Pero, verás... tu cuerpo no es fácil de engañar. Tu cuerpo se va adaptando a la cafeína que le das. Es como si supiera que ese mensaje de cansancio debe llegar y no llega, por lo tanto, tu cuerpo decide generar más y más adenosina para que luche contra la cafeina y su mensaje sea enviado. Y esto significa que con el tiempo necesitarás más café para contrarrestar y seguir teniendo el mismo efecto que sentías antes con el café. Lo que antes conseguías con una taza de café, es probable que con el tiempo sean 2 o 3.
Y si un día decides dejar el café de golpe, ahí es cuando la adenosina te pasa factura.
Todo ese exceso que tu cuerpo ha estado produciendo se desata de golpe, pudiendo sentir dolor de cabeza, cansancio abrumador y somnolencia.
Lo curioso es que la cafeína no afecta a todos por igual. ¿Conoces a esa persona que puede tomarse un expresso doble a las 10 de la noche y quedarse dormida sin problemas? Eso se debe a que la velocidad con la que descomponemos la cafeína en nuestro cuerpo está determinada por varios factores, uno de ellos los genes.
Además de mantenerte alerta, la cafeína tiene otros efectos que quizá no sean tan evidentes. Por ejemplo, es un diurético, lo que significa que te hará ir al baño más a menudo.
También puede acelerar tu ritmo cardíaco, aumentar la secreción de ácido en el estómago y, en algunos casos, incluso actuar como un laxante. Seguro que has escuchado eso de “cafe y cigarro, muñeco de barro”, bueno pues, el muñeco de barro vendrá con o sin cigarro.
Y hablando de efectos a largo plazo, hay que recordar que la cafeína también puede interferir con el reloj interno de tu cuerpo, ese reloj circadiano que se sincroniza con la luz y la oscuridad para decirte cuándo es el momento de dormir y cuándo es el momento de estar despierto.
La cafeína, al bloquear la adenosina, puede darle a tu cuerpo señales falsas de que es tiempo de seguir activo, incluso cuando tu reloj biológico te está pidiendo a gritos que descanses. Es aquí donde la moderación se convierte en la clave. Sin el descanso adecuado los procesos fisiológicos se alteran, además la falta de sueño puede impactar en tu estado emocional haciéndote más irritable y menos capaz de lidiar con el estrés.
Así que disfruta de esa chispa de energía que te proporciona tu próxima taza de café, pero recuerda, siempre con moderación!
Por cierto, si eres cafetero, seguro que te impresionará saber que la cafetera italiana se inventó gracias a una lavadora...